jueves, 7 de abril de 2016


UN APARTAMENTO EN BABEL, 5

Como los limoneros absortos de Montale




 L’ora di nuotare in alto mare, / in alto desiderare, alto sguardo.
A.L. (Trad. de P. Laskaris)

Eugenio Montale habló en un poema del olor de los limones como la parte de riqueza que nos toca a los pobres (“a noi poveri”). En el invierno –lluvia, tedio, luz avara y amargor en el alma- unos limones entrevistos en un patio a través de un portón abierto nos anuncian el deshielo del corazón y nos vierten en el pecho las canciones del sol:
   e in petto ci scrociano / le loro canzoni/ le trombe d’ oro della solarità
Aquí, junto a este mar, quizá sea ésta nuestra gran riqueza secreta: el hedonismo austero, la lentitud, el olor de los limones absortos, un silencio en el que hubo dioses, las trompetas de oro de la solaridad.
Veinticinco fotografías dialogan con los poemas de este libro. Todas fueron tomadas durante los primeros meses del año 2011, entre las tres y las cuatro de la tarde, en la zona de los Baños del Carmen, El Balneario, en Málaga. Me interesaba el lugar no como escenario, sino como interlocutor: que hablen entre sí los distintos mediterráneos y sus ruinas y realidades. Nuestro mar es elocuente y anciano: ya lo cruzaron, como refugiadas, las Danaides, y también los Orfeos silenciando Sirenas, y contiene en sus aguas tanta sal como sangre y sueños, exiliados y náufragos, ambiciones y pensamientos. Está saturado de voces. Pero, como dice Chantal Maillard, a partir del lenguaje heredado que está perdiendo su capacidad de significar, a partir del descreimiento ante el universo que se desploma, podemos imaginar un tránsito: “Si del lenguaje aprendido hiciésemos de nuevo ovillo. Si volviésemos a urdir el cuento… […] Y sí. Es preciso descreer. Desengañarse. Construir la historia de otro modo.”
A ello creo que nos invita, desde las fotografías, el viejo y nuevo mar,  con su luz interrogante. Y desearía que también lo hicieran, humildemente, con sus oleajes escondidos, estos poemas. 



Los  limones absortos. Poemas mediterráneos es una antología de la poesía de Aurora Luque en edición bilingüe italiano-español, editada en marzo de 2016 por la Fundación Málaga con la colaboración del Instituto Dante de Cultura. Incluye una serie de veinticinco fotografías de la zona de los Baños del Carmen (El Balneario) realizadas por la autora a lo largo de varios meses y acompañadas por versos de la propia antología que ilustran un diálogo poético entre los distintos mediterráneos y sus ruinas y realidades.
La selección de los poemas, el epílogo y la traducción al italiano han sido llevadas a cabo por Paola Laskaris, profesora de la Universidad de Bari y estudiosa de la poesía española clásica y contemporánea.  
El libro lleva un prólogo, “De cuando se oían las sirenas”, de la filósofa y poeta Chantal Maillard.
José Abolafio ha sido el responsable del diseño y la maquetación.







Del prólogo de Chantal Maillard:

Hay dos tipos de poesía y dos tipos de poetas: el órfico, el de la tribu, el que a lo indecible procura el sentido, y en la repetición lo hace perdurar contribuyendo de este modo a mantener el orden social, y otro, más oscuro, más temible, que encara el origen y lo revela sin pretender enmascararlo. Canto continuado ha de ser éste, ininterrumpido, sin fragmentar. En lo continuo no hay posibilidad de atribución, ni de distribución ni, por tanto, de orden social o legislativo. Toda secuencia métrica es, en ese sentido, órfica: ordena, mide y distribuye.
¿A qué estirpe pertenece Aurora Luque? ¿De qué canto deriva el suyo? ¿Qué voz es la que escucha cuando se le queda prendida la mirada a lo lejos, sobre el mar? Ella no se pone cera en los oídos; tampoco pide que la amarren a un mástil; y si toca, como Orfeo, la música ritmada del poema, no es con el afán de cubrir con estruendo las voces temidas por los mortales, sino para ser mordida / por la negra belleza que estalla en las palabras”.





Una città del sud con la sua mitologia /urbana vagamente, sottolineata di mare,/
 lacerata di istinti, /con tutta la bellezza che lotta per afferrarsi /
con dignità a un resto di materia./ Tanta, tanta è la luce senza presa…

A.L. (Trad. de P. Laskaris)






























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